sábado, 7 de noviembre de 2009

Unos 100 millones de personas viven del café

. La mayoría son jornaleros o pequeños campesinos que cultivan sus parcelas. Cuando caen los precios del café, los pequeños propietarios deben aumentar el área dedicada a este cultivo en detrimento de los productos para el autoconsumo Los pequeños propietarios se ven obligados a vender su producción a unos precios tan exiguos que, muchas veces, no les permiten subsistir con dignidad. Los intermediarios llegan a pagarles cantidades que suponen sólo un 30% del precio posterior de exportación del fruto. Además, el exceso de oferta (y de variedades de escasa calidad) provoca que la cotización del café descienda aún más. La crisis es tan grave que muchos exportadores del Sur abandonan el mercado porque ya no les resulta rentable.
Por otra parte, La mayor parte de los agricultores no están organizados y, por lo tanto, su capacidad de influencia en los precios es nula y tampoco disponen de infraestructura para vender su producción en los mercados locales
. Esto provoca que dependan completamente de los exportadores. La Organizaciones de Comercio Justo como Mundo Solidario, Espanica, Intermón Oxfam etc precisamente actuán sobre esto, agrupándolos en Cooperativas, adelantando dinero sobre sus cosechas y pagando n definitiva un precio mas justo por sus productos.

Cultivo del café

La planta de café en un arbusto de 3-7 m de altura, aunque alcanza los 10 metros en estado silvestre.Generalmente se desmocha para dejarlo entre 2 y 3 m, lo que favorece la ramificación y facilita la recogida de granos. Crece y se cultiva en los paises tropicales como queda dicho
El café se cultiva en grandes plantaciones, que pertenecen a multinacionales o terratenientes, y en las propiedades familiares o de pequeños productores. Por un lado, los gobiernos de los estados empobrecidos facilitan la entrada a las corporaciones del Norte con privilegios legales y beneficios fiscales, sin tener en cuenta los bajos sueldos y las malas condiciones laborales que las transnacion ales imponen a sus asalariados